Akiane Kramarik es una artista estadounidense, pintora autodidacta. Ella asegura estar motivada por Dios para crear arte. A los 4 años dijo que había tenido una experiencia en la que había visitado el cielo. Allí conoció a Jesús, quien le dio un don para transmitir un mensaje a la humanidad. Cada una de sus pinturas es una visión que tuvo en los sueños.
Sus padres eran ateos, pero a partir de las pinturas de Akiane, se convirtieron al cristianismo.
Sueña con fundar una academia de arte para niños y jóvenes.
Amor
Nunca está solo,
siempre está colmado,
es uno mismo compartido.
No podemos adueñarlo,
y no podemos enseñarlo.
El aliento de amor más largo
es la distancia más corta al cielo.
La profundidad de la vida es amor,
el amor más profundo es un abrazo.
No es un descanso, es paz.
El amor es el propósito.
Al revés
La gravedad no descansa,
aún así puedes cargarme
en tu espalda.
Con el último nervio atado,
la última esfera-
los ojos como panales derretidos-
alcanzan un final mortal
y la matriz queda huérfana.
Mi último momento es
mi recuerdo de ti,
cuando mis ojos finalmente
se tornen al revés y atrape
el infinito…
Relaciones
El alma es como un monarca
sin corona en un palacio infinito
de relaciones.
Donde cada relación madura es
paciencia.
Y cada relación inmadura
es una performance.
«Si ponemos a otros antes que a nosotros, ya somos abundantemente ricos»
«No sé si esta imagen es del pasado o el futuro, de mi propia experiencia, revelación o simplemente mi imaginación. Solo sé que de alguna forma mis manos han tocado sus ramas, sus frutas y la tierra alrededor» Akiane.
En el estudio
No pinto por alabanzas ni reconocimiento,
no pinto por dinero o vanidad,
no pinto por influencia o inspiración.
Pinto solo por una razón…..ninguna razón
especial- No puedo evitarlo, no puedo pararlo.
Es tan simple como eso.