Claudio Bravo (1936-2011) fue un pintor chileno hiperrealista, catalogado así por su increíble capacidad de verosimilitud en sus pinturas, a menudo confundidas con fotografías. Aunque él mismo se definía superrealista, ya que a diferencia de los otros, no utilizaba la fotografía como modelo.
En 1955 bailó con la Compañía de Ballet y en 1959 conoció al filósofo Luis Oyarzún de quien recibió enseñanzas que impactaron en su vida intensamente.
En 1960 se estableció como retratista en Madrid, donde fue reconocido profundamente por su habilidad de lograr realismo y representar objetos y formas complejas, tal como Velázquez.
En 2000 donó al Museo del Prado diecinueve esculturas greco-romanas, la más antigua de las cuales data del siglo VI a.d.C. En ese mismo año, después de inaugurar la muestra La donación de Claudio Bravo, los reyes Juan Carlos y Sofía impusieron la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio al pintor.
Bravo era homosexual, y lo expresaba abiertamente en su pintura y en su vida privada.
Murió rumbo al hospital a causa de un ataque de epilepsia, y fue enterrado en la casa y museo de Taroudant, que pasó a pertenecer a su hijo, Tabchich.
Esta escena contiene una congregación de imágenes de distintas eras y circunstancias. Por un lado hay un hombre fauno sirviendo vino a un hombre griego o romano. Una mujer de vestido rojo baila con una botella de vino en la mano con un hombre que parece contemporáneo, de camiseta azul y cuello en V. Otro hombre desnudo tapa con una sábana la mujer con la que estuvo. Una pareja joven de los ochenta aproximadamente se besan, conviven hombres y mujeres de distintos lugares y distintas épocas, pero todos juntos como si se tratara de una fiesta, una playa nudista, un festival de Woodstock. Y en el medio está Bravo, con un papel en la mano, formando parte de la escena y a la vez observando su propia creación.
Resulta asombrosa la verosimilitud de la naturaleza muerta en las obras de Bravo. Parece sentirse la frescura de la tierra húmeda, y el aroma de las hojas mojadas. Se percibe también, la textura suave de la tela, las hojas frescas, las latas frías. Hasta parece inclusive, que es posible meter la mano y agarrar una lata de pintura desde su manijita de alambre y moverla un poco de lugar, acomodar el mantel y regar las plantas.