En la galería mágica todo puede suceder, mejor dicho, cualquier artista puede exponer su obra. No se trata de nadie en especial, sino de una selección de cuadros de distintos pintores que salieron como de una galera por arte de magia!
Joseph Karl Stieler abre esta exposición en la entrada, en el que se destaca un peinado increíble y meticuloso de trenzado en uno de sus tantos retratos.
Theodor Vizrakis
Ingresamos en el pasillo de Theodor Vizrakis y nos enconrtamos con una dama sentada en un rincón con cierto desasosiego y algo de hambre. Todo el ambiente y ella son de un mismo color, como si la hubiesen acomodado en un rincón al igual que al banquito, los libros y los cuadros..
En otoño una muchacha se inclina en la ventana para hablar con aquel hombre y convidarle de ese vino y una bolsa de comida. Las hojas marrones caen de algún árbol al igual que la mirada de la muchacha a sus viandas.
Guerreros y guerreras, todos luchan y se besan, se alzan al tiempo que caen en el amor y en la guerra.
Una dama está a punto de encender una lámpara de vela, ¿es posible encender la oscuridad? Brillan las llamitas en el negro techo
Pienso que esa mujer se parece a Blancanieves..
Con la muchacha que mira de reojo y mientras una madre amamanta a sus bebés, salimos de este pasillo e ingresamos al siguiente.
Ary Renan
En este pasillo Sapho descansa en un bosque hacia el amanecer, en una mañana fría de invierno cuando el rocío borronea la vista y las hojas desnudaron sus árboles. Pero a pesar del frío algo pasó de noche que la mantuvo tibia hasta ahora.
Una mujer consulta a su reflejo, si será posible volver a la tierra cuando sus alas están a punto de salir y su vestido se pinta de avestruz.
En este cuadro se conjuga una dama antigua con un paisaje surrealista. Todos inclinados, incrustados y emergentes.
Este cuadro se llama El pescador de corales….sin embargo me arriesgo a inventar que es un sueño de la dama que mira al mar desde la roca, esperando que emerja como de una oleada inesperada un muchacho con un tesoro coralino. Y también al mismo tiempo es él el que sueña sobre su cama, que las sábanas son olas con las que lucha, a punto de ahogarse, para llevarle un collar de corales a una estatua que lo espera en la roca, y solo entonces podrá convertirá en humana.
Angelica Kauffmann
Ingresamos al último pasillo justo cuando una dama antigua está pintando el arco iris. Tiene una iguana bebé que la acompaña a sus pies, y le susurra colores para pincelar con la luz, puesto que su paleta está vacía.
Esta obra se llama Alegoría de la poesía: una dama canta la música y la otra las palabras.
Salimos y en el patio trasero nos encontramos con los paisajes de Albert Jacob Cuyp para terminar este recorrido. Hasta la próxima galería!!!